Enamorarse de Dios

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El amor de Dios

Hemos escuchado muchas veces que Dios nos ama, que Dios es infinito amor, que es el amor perfecto, pero ¿Hemos experimentado este amor en nuestras vidas?, esto es muy importante pues como amar lo que no se conoce o mejor dicho como sentir este amor sino lo experimentamos.

Son muchas las personas que dicen no tener amor para dar, incluso a su propia familia, a sus hijos, a las personas que los rodean, lo toman como una rutina o simplemente dicen que ellos son así, poco afectivos y van disminuyendo los afectos en su relación con los demás. Analizando el fondo de cada uno de estas respuestas, se puede definir claramente que lo que sucede es que no han sentido, no han vivido, no han conocido, no han sido revestidos del amor de Dios.

El amor de Dios es lo más grande que se puede tener y no se puede conseguir, ni comprar ni con todo el oro del mundo, el amor de Dios es muy superior al mayor anhelo que tengamos, el mayor sentimiento que hayamos experimentado, el amor de Dios es el mismo Dios, entonces ¿Cómo no buscarlo, cómo no querer sentir este amor y conocer el mismo Dios?, ¿Y cómo encontrarlo?.

Para poder sentir y encontrar este amor, debemos tener un encuentro personal con Jesús, un momento especial para meditar y empezar a conocerlo, es importante abrir el corazón y buscar a Dios sinceramente, sin conveniencias ni tampoco temores. Pasar momentos en silencio es importante, pedir el Espíritu Santo libere nuestro corazón de cualquier atadura, desatar todo aquello que llevamos dentro y que no nos permita amar, estas ataduras son experiencias negativas que pueden venir incluso desde nuestra niñez, no sentirnos amados, el haber sido rechazados, el haberse refugiado en el trabajo o estudios, incluso la atadura muy disimulada pero también muy dañina de crecernos buenos.

Perdonarnos y perdonar a los demás es básico a fin de estar liberados. Se debe perdonar a todos los que nos ha hecho daño y a los que hemos dañado, es importante pedir a Dios nos de la Gracia para poder hacerlo, el sentirnos liberados y confesar nuestros pecados y faltas nos permite experimentar este amor. Dios es una pureza infinita y para poder acercarnos a Él, primero tenemos que reconocernos pecadores, para que así Jesús nos perdone y su amor quede impregnado en nuestro interior para siempre. Además el amor de Dios es perfecto, de esta manera si experimentamos este amor, Dios podrá orden en toda nuestra vida.

A Dios hay que buscarlo constantemente por medio de la oración, de la lectura de la palabra, de la práctica de los Sacramentos, y día a día podremos mostrar este amor a los demás. Pues si llevamos a Dios dentro como no darlo a los demás, así encontraremos que hay mucho más que descubrir en el amor de Dios, ya que no solo es una experiencia de una sola vez, sino que continua por todo nuestra vida y también continuará en la eternidad.

1ra de Juan 4:16 "Y nosotros mismos hemos llegado a conocer y hemos creído el amor que Dios tiene en nuestro caso. Dios es amor, y el que permanece en el amor permanece en unión con Dios, y Dios permanece en unión con él."

Hermanos experimentemos este amor de Dios, tengamos un encuentro personal con Él, y llenémonos de su presencia, de esta manera podremos brindarlo a los demás, comienza por tu familia, por los que más amas. El mundo de hoy necesita el amor de Dios y cuando sientas que te falta el amor, reclama, pide, grita a Dios, Jesús quiere amarte más, Él de seguro te lo concederá.

Ama a Jesús generosamente. Ámale confiadamente y sin mirar hacia atrás, sin temor. Entrégate totalmente a Jesús… Desea amarle mucho y amar el amor que no es amado. (Beata Madre Teresa de Calcuta)

Amar a Dios es complacerle, y no vale la pena preocuparse por el resto, sabiendo que Dios tendrá cuidado de nosotros más de lo que se puede decir o imaginar. (Padre Pío)