La mentira

¿No estoy en casa, no vi tu msm o email, llego en 5 minutos, te hablo luego, no vi a nadie, tengo mucho trabajo, te pago mañana, etc?  Como estas frases muy a diario se escuchan y se dicen muchas mentiras, que van desde las pequeñas mentiras hasta aquellas que causan mucho daño; en efecto se han hecho un hábito para muchas personas. Condicionar las cosas a nuestra conveniencia y circunstancias, “mentir”, es algo que más que ayudarnos, nos perjudica fuertemente. Pues el mentir causa en nosotros una opresión, perdemos la libertad, nos sentimos atados a nuestras propias palabras que "han sido pronunciadas por nuestra propia boca", pues la verdad siempre saldrá a la luzahora,en un momento o dentro de un tiempo, pero saldrá a la luz, por tanto toda mentira, nos conduce a algo malo, por ejemplo nos lleva a perder la confianza, la paz interior, a perjudicar nuestro honor y sobre todo generar algún daño en nosotros y los demás.

Vivir con mentiras, hacen que la vida no sea vivida con gozo, se puede estar contento por fuera, pero por dentro hay una desazón, falta de paz, intranquilidad, miedo, temor, rencor, dureza de corazón, ira, etc. Como vemos esto es muy duro y muchas personas viven así, sin saber cuál es la razón de sus temores, de su desgano, de su cólera, insatisfacción. Son personas que viven por dentro atadas, y crean lazos de fuerte atadura, sin darse cuenta que ellos mismos han provocado esta atadura, pues la mentira no es una casualidad, fue pronunciada por nosotros mismos, fueron las mismas palabras que no dijeron la verdad, que incluso complicaron situaciones, con justificación o sin ella, y las convirtieron en situaciones negativas, haciéndo daño, pues afectaron a otros, a veces con calumnias, chismes, quejas, y al final nos convertimos en víctimas, echamos la culpa a otros, hablamos malas palabras, vulgaridad, doble sentido, maldecimos, herimos, justificamos nuestra irresponsabilidad dañamos a los demás, por tanto todo esto “lo único que se está haciendo”: es dañar y generar directamente un culto al mal. Pues se ahuyenta al bien, a la verdad, a la paz, a la armoniaahuyentamos al Espíritu de Dios, pues Dios no puede estar aquí en un ambiente de mentiraasí,nuestros ángeles se alejan y no pueden ayudarnos como debe ser, ya que estamos expulsándonos por nuestra propia lengua. Jesús nos dice en Mateo 8, Y dijo Jesús al centurión: «Anda; que te suceda como has creídoentonces: ¿en que creemos, cuales son las palabras que salen de nuestra boca?   

Jesús deja bien en claro este tema, ya que nos dice en otra parte de su palabra, “la verdad los hará libres”, Jn. 8,32 y también nos dice: “el padre de la mentira es el diablo” Juan 8:44. Por tanto podemos distinguir claramente de donde vienen las mentiras, nunca por más mentira “bondadosa” que sea, NUNCA proviene de Dios. Aún que,  el resultado momentáneo de esa mentira, sea por ejemplo salir de un apuro, quedar bien, evitar la crítica, etc. No se compara con el daño que hará esa misma mentira en un futuro. Muchos no se dan cuenta de ello, sin embargo se ven atados a lazos negativos, pues si vivir en verdad nos da libertad, confianza, seguridad, salud y nos hace estar tranquilos y como dice el Salmo 4: “En paz me acuesto y en seguida me duermo, pues tú sólo, Señor, me das seguridad”. La mentira genera todo lo contrario, incluso muchas enfermedades que sufren las personas, están atadas a las mentiras que llevan dentro y ellos provocaron, nuestra naturaleza orgánica reacciona a esa maldad que se genera en nosotros por medio la mentira y nuestra naturaleza espiritual nos va condenando, ya que nuestras propias palabras serán las que nos juzgarán cuando estemos ante la presencia de Dios.

Entonces es por nuestra boca que apartamos las bendiciones de Dios para nuestra vida, hacemos daño a otros y definitivamente Dios no puede hacer su obra en nosotros. Muchas personas se quejan de que tienen problemas en su hogar, les falta el dinero, se sienten atados, incluso están enfermos de salud corporal, sería pertinente revisar la causas de estos problemas, la principal causa es nuestra boca. Incluso aquí podemos mencionar las palabras negativas, las quejas, “yo no sirvo para esto”, “toda la vida me pasa lo mismo”, “yo no confió en nadie”, “Dios no me escucha” o incluso lanzamos palabras más fuertes como maldiciones, criticas destructivas, etc. Lo cual hablaremos en otro tema, pero son las palabras que mencionamos las que crean bendición sobre nuestra vida, sobre lo que tenemos o nos atan, atamos las bendiciones y nos sumergimos en mayores problemas cuando nos quejámos de todo. Las personas que se acostumbran a vivir en una mentira, viven muertos, comen, duermen, pero viven cargando un cuerpo muerto.

Muchos dirán, pero "nadie habla con la verdad, todos mienten", el hecho que todos esten en error y desconoscan lo que van o estan sembrando". Si sientes que en tu vida te cuesta trabajo decir la verdad, pues pidele a Dios, te de la gracia para ya no mentir, Dios lo hara no cambiarás de un día a otro pero Dios irá haciendo su obra, cuando digas una mentira el Espiritu te hablará en tu interior y te sentirás mal, es aqui reconociendo nuestra debilidad que Dios viene en nuestra ayuda. "te basta mi Gracia" le dice Cristo a San Pablo, pues de igual forma nos ayuda a nosotros, sólo presenta tu intención de ser mejor, de vivir en verdad, de no querer mentir y verás cambios significaivos en tu vida

Dios nos ha llenado de muchas bendiciones, nos ha dado dones y capacidades, por tanto es aquí donde debemos concentrarnos, bendecir y agradecer por todo lo que tenemos, pedir la luz para saber tomar buenas decisiones, esforzarnos día a día por ser mejores, corregir nuestros errores y todo caminará bien. Los planes de Dios son perfectos.

Depende de nosotros conseguir las cosas buenas, no se puede mentir para conseguir algún fin o manipular a alguna persona, la mentira, nunca por nunca será buena, esto refleja nuestra falta de capacidad de solucionar las cosas, de esforzarnos, de amar en verdad, de doblegar el orgullo y pedir perdón, de cambiar lo que tenemos en nuestro corazón, pues es de los sentimientos que están en nuestro corazón de donde brotan las palabras que decimos. Alejemos de las cosas malas, de las lecturas malas, inclusos de las noticias malas, de los programas de tv, que dañan, de los chismes, novelas, puessi nos damos cuenta de eso nos nutrimos y pensamos que no nos afectan, pero sin querer nos vamos llenando de eso, un ejemplo claro es cuando sale una palabra como jerga, al instante se aprende y queda como parte de nuestro vocabulario, pues subliminalmente se queda en nuestro interior. Debemos tener mucho cuidadoque es loque vemos, que leemos, que juegos juegan nuestros hijos, si es de violencia, exceso de concentración, vanidad, etc. Es necesario revisar cada una de estas cosas que afectan nuestro interior.

Por tanto debemos preguntarnos: ¿Por qué salen mentiras de nosotros, porqué salen palabras malas de nuestro interior?. Recordemos la palabra Mateo 12,34-35 “tu boca habla de lo que hay en tu corazón”. Es necesario revisar porque salen estas palabras malas y negativas, de nuestra boca, de nuestro interior. Y controlar nuestro interior, filtrar las cosas que nos hacen daño, y buscar la sanidad de lo que arrastramos, lo que tenemos en el corazón se llenó en algún momento de nuestras vidas. Por tanto nuestro interior está dañado, hemos arrastrado ejemplo o costumbres que nos hacen daño, envidias, temores, miedos, pecados que nos hacen daño y no nos permiten ser verdaderamente libres y felices.

Es básico pedirle a Dios que sane y cure estas heridas a fin de poder decir la verdad y que nuestra palabra proclama solo el bien. Esto también nos servirá a fin de poder proclamar con nuestra boca bendición, si tenemos algún problema no quejarnos, en lugar de esto, bendecir, ya que nosotros somos tentados en toda circunstancia, pero hay algo que los creyentes no saben, “el diablo no sabe lo que pensamos”, entonces ¿por qué acierta tanta veces?, lo sabe pues escucha lo que “proclamamos con nuestra boca”,  nos mostramos negativos, quejones, frágiles, damos a conocer nuestros puntos débiles y por medio de nuestra lengua podemos bendecir y hacernos fuertes o todo lo contrario, pues descansamos en Dios y esperamos su ayuda, ya que proclamamos el bien e invocamos al Sumo bien, su ayuda Divina, entonces es aquí que debemos combatir esta debilidad. Aprender a sanarnos interiormente y que nuestro boca solo proclame el bien. Pues el plan de Dios es perfecto, aunque no lo entienda está bien y si por mi propia causa se distorsiona este plan, debemos pedir la luz y la gracia para proclamar bendición y se haga como dice la palabra: “Vete y que se haga conforme has creído” Mt 8, 5-13

Nosotros tenemos el poder de proclamar bendición, recordemos que al comienzo de la creación Dios dijo “hágase”, creo por su palabra y sus palabras son vida no solo la que conocemos, sino la vida eterna, por tanto debemos tener conciencia plena de toda palabra que sale de nuestra  boca.

“Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo. He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo. Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere. Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.” Santiago 3:2-6.